Un día
fui con la Asociación Taurina de Azuaga a ver un tentadero de Sebastián
Castella, que toreaba Tomás Campos. El tentadero estaba en Sevilla. El
tentadero empezaba a las cuatro. Entonces salimos de Azuaga a las 12.30 de la
mañana porque teníamos que recoger a unos franceses. ¡Se me hizo muy largo el
camino! Cuando llegamos fuimos a saludar al torero y a darle suerte para que le
saliera bien. Después fuimos a ver a los novillos de entre 4 y 6 años. Uno
pesaba 420 kilos, otro 432 kilos y el último pesaba 330 kilos. Tenían buenas
hechuras y eran buenos novillos. Cuando empezó, Tomás se santiguó tres veces para que le diera
suerte. Le cogieron tres veces por la pierna pero no tenía nada. Cuando terminó
fuimos todos a ver como estaba y dijo que estaba muy bien. Después nos
invitaron los de la finca a un chocolate y me lo pasé muy bien con el
matador de toros “Tomás Campos”
Moisés Flete Guerrero 5º C
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