Había una vez una niña
llamada Elsa, ella era una niña muy dulce, le encantaba el color
rosa y el algodón de azúcar, y no le gustaba el negro ni el fuego
ni las brujas.
Elsa una vez decidió ir al
bosque, encontró una puerta rosa en mitad de los árboles, y decidió
entrar muy cuidadosamente, resultó que esa puerta era un portal a un
mundo perfecto en el que todo era rosa, los árboles eran de
chucherías y no existían la oscuridad ni el mal, para Elsa era un
mundo genial, pero no se dio cuanta de que en el de verdad si había
guerras y maldad, ella fue creciendo e iba todos los fines de semana
con sus amigos del bosque encantado, eran Malta, la princesa del
reino, Florián, el leal caballero que salvó a la princesa y
conquistó su corazón y el valiente rey del bosque, el apuesto Don
Marlón.
Cuando
ella cumplió sus 18 años, decidió ir a celebrarlo con sus amigos
del bosque, todos la felicitaron, y pasaron un gran día, ella seguía
cegada por el bien y la grandeza de aquel bosque, pero fue a sus 18
años cuando se dio cuenta de que en el mudo real también hay paz,
pero abunda más la oscuridad y la maldad, era asombrosa la maldad
que había en el mundo real comparada
con la el bosque que tanto le gustaba a Elsa, y decidió ayudara su
mundo, porque aunque ella ya se sintiera una habitante más del
bosque el mundo real era su lugar, y tenía el deber de salvaros, un
día, decidió ir a hablar con la princesa Malta, para que le diera
consejos de que hacer en este suceso, cuando entró en el castillo de
la princesa se encontró a un malvado dragón que custodiaba la
puerta de la habitación de la princesa.
Ella
se armó de valor y decidió luchar contra el dragón, pronunció un
truco que le enseñó Malta para vencer a un mal tan grande que ella
sola no pueda vencer, era el siguiente:
Exébelo Plaqui Plaqui,
Enterno, Malchaenterna.
Pronunció las palabras y
mágicamente el dragón desapareció y de él salió un hada, Elsa
intentó abrir la puerta de la habitación, pero estaba cerrada con
la magia del dragón, entonces el hada le dijo:
- Hola, soy Malisa, el hada
del bosque, y vengo a concederte tres deseos, elige bien los deseos,
pues solo tienes tres, y si no te explicas bien pueden volverse en tu
contra – le explicó.
- Mi primer deseo es deshacer
el hechizo que cierra la puerta para que yo pueda entrar – le pidió
Elsa.
La puerta se abrió, Elsa
entró y la puerta volvió ha cerrarse.
Elsa no se esperaba eso, y le
dijo al hada:
- Te dije que deshicieras el
hechizo, no solo que yo pudiera entrar.
El hada recapacitó, y sin
contar como otro deseo deshizo el hechizo.
Rápidamente, Malta y Elsa
salieron de la habitación y se fueron a la fuente de chocolate y
algodón de azúcar que había en el medio del bosque.
Allí, Elsa le comentó a
Malta lo que estaba ocurriendo en su mundo y Malta decidió ayudarla.
- Pídela a Malisa que borre
permanentemente el mal de todos los lugares, habidos y por haber,
conocidos y por conocer – le dijo Malta a Elsa.
- Sus deseos son ordenes –
pronunció el hada, y mágicamente Elsa sintió un escalofrío, y le
pidió a Malta su espejo mágico para ver su mundo.
- Malta, es necesario que me
dejes tu espejo, debo ver el estado de mi mundo.
Ella aceptó, le dejó el
espejo y Elsa vio que su mundo se había convertido en un mundo sin
mal ni dolor.
A Elsa le quedaba un deseo,
pero no sabía en que gastarlo.
- Ya lo tengo, hada, quiero
que este reino sea mi hogar para siempre – dijo Elsa.
El hada hizo el hechizo y
desde ese día Elsa vive en el bosque encantado y en el mundo real no
existe el mal.
FIN
Olivia Martín de la Vega Morillo