Era
9 de enero de 2019, María era una criminóloga especializada en
investigar asesinatos y homicidios. Ella estaba en un teatro, pues en
el último espectáculo de la noche anterior, un truco de magia salió
mal y el mago murió de un disparo.
Algunos
testigos a los que se les preguntó dijeron que el truco trataba de
que el mago recibiría un disparo y mágicamente quedaría inmune y
como ya he dicho el truco salió mal y acabó desangrado.
Los
testigos también decían que había otra persona sobre el escenario,
era el ayudante del mago, lo que tenía que hacer era simplemente
dispararle y fácilmente pudo haber cambiado la pistola del truco por
una real.
Eso
lo ponía como sospechoso número uno.
María
y su ayudante Jacobo siguieron preguntándole a más testigos o gente
que pudo tener algo que ver con la muerte del mago.
El
siguiente en ser interrogado fue el supervisor del teatro.
Su
trabajo era revisar que todas las cosas estuvieran preparadas, como
que los objetos usados en los trucos estuviesen trucados para que
salieran bien.
Él
como es de imaginar dijo que no fue, pero María y Jacobo notaron un
ligero temblor en sus manos y en su voz.
Después
interrogaron al director del teatro y pensaréis, ¿por qué querría
el director que el mago muriera?
Pues
muy simple, porque él es el que se lleva el dinero en caso de que
alguno de los participantes muriera.
Él,
como el supervisor, dijo que no había sido, pero los investigadores
se dieron cuenta de que cambiaba de una manera muy radical de tema
cuando tenían algún motivo por el que él pudiese tener algo que
ver con la muerte del mago.
Y
por último interrogaron al ayudante del mago.
Él
fue el que tuvo la pistola en su poder las últimas horas antes del
espectáculo.
María
y Jacobo encontraron en la mesa de su camerino una mancha de pólvora.
Después
de esos interrogatorios ya tenían una conclusión.
Los
tres tuvieron algo que ver con la muerte del mago.
El
director le dijo al supervisor y al ayudante que trucaran la pistola
y el dinero del seguro se lo repartirían entre los tres, el ayudante
cambió la pistola de fogueo por una con balas, se la enseñó al
supervisor y la dejó encima de la mesa de su camerino (por eso tenía
una mancha de pólvora) .
Los
tres fueron metidos en la cárcel y el dinero de su seguro fue para
su mujer y para sus hijos.
Y
así María y Jacobo resolvieron un caso más.
FIN
Olivia Martín de la Vega Morillo