Era 16 de julio, y la pandilla
estaba de vacaciones en un pueblo poco conocido pero el que ellos
amaban ya que su primera aventura (que no es pública, pues
decidieron no contarla por diversos motivos ) ocurrió allí, en Los
Rubios, un pueblo con apenas 3 habitantes que eran personas mayores,
la primera vez que fueron estaban muy decepcionados, pero a medida
que empezaban las vacaciones se iban quedando más impresionados de
todas las cosas que ocurrían en aquel desconocido lugar. En Los
Rubios había muchas casas sin usar y debido a que después de esas
vacaciones tan sorprendentes los chicos decidieron ir allí todos los
veranos, le prepararon una casa enorme para que disfrutasen de esas
vacaciones.
Esas vacaciones empezaron el
17 de julio, ya que el 16 estuvieron visitando un poco el pueblo por
la tarde y por la noche se instalaron en su casa.
A la mañana siguiente el
alcalde de la localidad les informó de un verdadero temor que tenían
los pocos habitantes del pueblo.
- Chicos, nos ha venido genial
vuestra visita, pues desde vuestra primera hazaña aquí ya es os
considera como unos valientes, aventureros y decididos héroes, y
ahora se os necesita más que nunca en este pequeño pueblo – les
explicó el alcalde Marlon.
- ¿Qué está ocurriendo, tan
grave, como para necesitar nuestra ayuda? - preguntó Olivia.
- Hay un ladrón que hipnotiza
a los habitantes con su melodiosa música de clarinete, y cuando ya
está todo el pueblo hipnotizado entra en las casas a robar las pocas
pertenencias de los habitantes. - les explicó el alcalde.
- No te preocupes, nosotros
resolveremos el misterio, pararemos los robos y devolveremos todas
sus pertenencias a los habitantes de este pueblo – dijo Miguel.
Los chicos se fueron a casa, y
mientras Olivia, Paula, Clara, y Lucía hacían unos espaguetis para
comer Miguel y Guillermo hablaban de los robos que les había
comentado el alcalde.
- Es la primera vez que
escucho hablar del uso de la música para hipnotizar, y mucho menos
hipnotizar para robar – dijo Guillermo.
- Chicos, dejad de hablar que
vamos a comer – dijo Paula.
- Id poniendo la mesa, que ya
va la comida- dijo Lucía.
Miguel y Guillermo pusieron la
mesa y Olivia y Clara llevaron la comida ala mesa.
- ¡Qué buena pinta! - dijo
Miguel.
Empezaron a comer. Al acabar
de comer se pusieron ha hablar del caso tan extraño que les había
propuesto el alcalde Marlon.
- Yo creo que lo primero sería
poner mucha seguridad en casa para que no nos roben las maletas ni
nuestros objetos de valor. - dijo Miguel.
- Gran idea, lo más
importante es proteger nuestra cosas y después recoger las de los
demás – añadió Olivia.
Los chicos pusieron muchas
trampas en casa para el ladrón, en las puertas y ventanas, conductos
de ventilación, etc.
Una vez listo era hora de
elaborar un plan para atrapar al ladrón.
- Debemos taparnos los oídos
para no escuchar la música con la que el ladrón hipnotiza a sus
víctimas. - dijo Paula.
- Podemos ponernos unos
auriculares con música – explicó Miguel.
- ¿ Y cómo nos escucharemos
entre nosotros? Es necesario estar en contacto siempre, por si pasara
algo. - dijo Clara.
- Pues conectaremos unos
walkie talkies a los auriculares, los traigo preparados, no sé por
qué pero sospechaba que los necesitaríamos – explicó Olivia.
Pues una vez con el equipo
pensado era hora de elaborar un plan.
- Paula, yo y Olivia estaremos
caminando como unas humildes ciudadanas de este pueblo mientra que
Lucía desde la ventana del ayuntamiento nos va vigilando y nos
avisará de cualquier cosa que ocurra a nuestro alrededor. - dijo
Clara.
-
¿Y
nosotros que haremos? - preguntó Miguel.
-
Estar
atentos por si hace falta que salgáis a ayudarnos. - dijo Olivia.
-
Pues venga, todos a sus puestos. - añadió Guillermo
La
misión comenzó y todo iba como planeaban, hasta que…
CONTINUARÁ
Olivia Martín de la Vega Morillo
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