Erase una vez una clase del
colegio Miramontes, concretamente, en la clase de 6ºC.
Ellos, el día 14 de noviembre
tuvieron una charla donde es dieron a cada clase 3 tipos de hongos en
su correspondiente funda.
Los tenían para que pudieran
ver como iban creciendo y así fue.
Todos los días se acercaban y
veían su evolución.
Un día, un curioso niño
decidió quitarle el celo que tenían para que no se salieran y
contaminara para poder abrirlos.
No notaron nada hasta los 2
dos días. A los dos días empezó a haber un olor muy fuerte y agrio
en la clase pero no le dieron importancia ya que creyeron que sería
algún pájaro que hubiera entrado y se murió dentro del aula y que
por eso olía de esa forma.
Al tercer día Cristina se dio
cuenta de que salía una especie de líquido de el interior de los
botes de los hongos pero el profesor no le dio importancia, lo único
que hizo fue, limpiar el líquido con una bayeta.
Un día, estaban tan
tranquilos dando su clase de lengua, y de repente, uno de los botes
tuvo una explosión, por lo que el profesor decidió evacuar la clase
por si acaso.
Cuando los especialistas
entraron, las primeras personas que lo hicieron fueron los bomberos
con material especializado.
Empezaron a recoger pistas y
se dieron cuenta de que la explosión la causó uno de los hongos.
Al salir uno de ellos empezó
a marearse, se cayó al suelo, le faltaba el aire y los ojos se les
pusieron blancos.
En ese momento llamaron lo más
rápido que pudieron a una ambulancia.
Cuando vinieron, la ambulancia
le dijo que había muerto por contaminación.
El médico que lo determinó,
tuvo unos efectos un tanto peculiares pero a la vez un tanto raros.
Todo ocurrió porque tocó al
muerto y le tomó el pulso, y por eso ocurrió esa reacción.
Metieron al médico en la
ambulancia, y cuando llegaron al hospital y le pusieron una vacuna
que uno de sus compañeros había estado inventando de forma
inmediata por todo lo que estaba ocurriendo.
Resultó ser un éxito así
que cogieron todas las vacunas posibles y fueron corriendo al colegio
Miramontes a ponérselas a todos los alumnos,profesores y
trabajadores del centro.
Cuando se reconstruyó el
centro cogieron los hongos y los quemaron para que nadie los pudiera
coger, y así fue como el centro Miramontes volvió a ser como antes.
FIN
NOAH PIZARRO SEGUÍ 6ºC
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