Nuestro gallinero era como un patio, pero sucio y feo, sin flores ni hierbas chiquitas vestidas de verde. La valla que lo rodeaba no era una pared pintada de blanco. Era una alambrada con mil agujeros.
Aquel gallinero parecía una cárcel.Yo no quería entrar. La mujer granjera me empujó hacia dentro, y yo le grité mi peor insulto.En el gallinero estaba furiosa. También asustada. Arrugué la cresta y agaché la cola. Mis alas rozaban el suelo, y cerré los ojos. En una palabra, era una gallina que había perdido los ánimos.
Y de pronto, algo me rozó y me asuste pero me di cuenta que era una pluma de una gallina JAJAJAJA
FIN COLORADO ESTE CUENTO SE ACABADO FIN