Había
una vez un hombre llamado Rojo. Él era amigo de todos y el que no
era su amigo era un conocido suyo, pero había una excepción.
Era
Azul. Ella era una mujer muy guapa y por supuesto también era amiga
de todos. Por alguna razón Azul y Rojo no eran amigos y se
detestaban entre sí. Nadie nunca los había visto peleando pero era
obvio que se odiaban. Un día, mientras Rojo caminaba por la playa
empezó a escuchar un grito pero no sabía de dónde provenía. Miro
hacia el agua y allí estaba Azul, se había quedado atrapada en un
alga que se le había quedado reilada en el tobillo. A pesar de que
se odiaban, Rojo no dudo un segundo en ir corriendo a ayudarla. A
partir de ese día, Rojo y Azul empezaron una amistad más fuerte que
un cemento.
FIN