lunes, 28 de enero de 2019

EMPIEZA EL EXPECTÁCULO



Era 9 de enero de 2019, María era una criminóloga especializada en investigar asesinatos y homicidios. Ella estaba en un teatro, pues en el último espectáculo de la noche anterior, un truco de magia salió mal y el mago murió de un disparo.
Algunos testigos a los que se les preguntó dijeron que el truco trataba de que el mago recibiría un disparo y mágicamente quedaría inmune y como ya he dicho el truco salió mal y acabó desangrado.
Los testigos también decían que había otra persona sobre el escenario, era el ayudante del mago, lo que tenía que hacer era simplemente dispararle y fácilmente pudo haber cambiado la pistola del truco por una real.
Eso lo ponía como sospechoso número uno.
María y su ayudante Jacobo siguieron preguntándole a más testigos o gente que pudo tener algo que ver con la muerte del mago.
El siguiente en ser interrogado fue el supervisor del teatro.
Su trabajo era revisar que todas las cosas estuvieran preparadas, como que los objetos usados en los trucos estuviesen trucados para que salieran bien.
Él como es de imaginar dijo que no fue, pero María y Jacobo notaron un ligero temblor en sus manos y en su voz.
Después interrogaron al director del teatro y pensaréis, ¿por qué querría el director que el mago muriera?
Pues muy simple, porque él es el que se lleva el dinero en caso de que alguno de los participantes muriera.
Él, como el supervisor, dijo que no había sido, pero los investigadores se dieron cuenta de que cambiaba de una manera muy radical de tema cuando tenían algún motivo por el que él pudiese tener algo que ver con la muerte del mago.
Y por último interrogaron al ayudante del mago.
Él fue el que tuvo la pistola en su poder las últimas horas antes del espectáculo.
María y Jacobo encontraron en la mesa de su camerino una mancha de pólvora.
Después de esos interrogatorios ya tenían una conclusión.
Los tres tuvieron algo que ver con la muerte del mago.
El director le dijo al supervisor y al ayudante que trucaran la pistola y el dinero del seguro se lo repartirían entre los tres, el ayudante cambió la pistola de fogueo por una con balas, se la enseñó al supervisor y la dejó encima de la mesa de su camerino (por eso tenía una mancha de pólvora) .
Los tres fueron metidos en la cárcel y el dinero de su seguro fue para su mujer y para sus hijos.
Y así María y Jacobo resolvieron un caso más.

                        

                               FIN

Olivia Martín de la Vega Morillo

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