Había
una vez un niño llamado José Carlos, que nació en Felsat. Él era monaguillo y
le encantaba la religión. Un día cuando José Carlos tenía dieciocho años se fue
al seminario y estuvo allí seis años. Al terminar fue cura en Londres y después
fue obispo y al poco tiempo Papa, fue el mejor Papa del mundo, él era italiano.
Cien años después lo declararon Santo por hacer milagros,
ser bueno y decir frases muy bonitas. Desde entonces fue San José Carlos.
Jorge Cabezas Grillo
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