jueves, 13 de enero de 2022

LA PUERTA EXTRAÑA

Yo con seis años, me fui a vivir a una casa nueva. La habitación donde yo dormía era muy grande y muy bonita. Yo por la noche escuchaba una niña cantar, pero siempre que avisaba a mis padres o a mi hermano se callaba, entonces yo no podía demostrar que en mi habitación yo escuchaba voces. 

La voz venia como detrás de la pared y se escuchaba como hueca. Entonces cada noche me ponía muy nerviosa a la hora de irme a dormir, porque escuchaba a una niña como jugar o como hablar. No por la noche, pero sí por la mañana decidí buscar. 

Esa mañana miré por el armario a ver si veía algo. Mi armario era muy grande y muy hondo. Aunque yo sabía que del armario no podía ser era la única salida que había en la habitación para poder encontrar de donde venían esas voces, porque a lo mejor había alguna salida de alguna tubería. 

Descubrí que había una puerta diminuta como para una niña pequeña, la puerta era como doblada. La puerta tenía un manillar circular, esa puerta la abrí y vi una habitación grande y superbonita con una casa de muñecas, ¡Una habitación de una niña! Pero me extraño mucho porque no estaba la niña, pero yo seguía escuchando las voces. 

Entonces solo me quedaba una opción abrir la puerta del armario de noche. A mí de noche me daba un poco de miedo porque no sabía a lo que me iba a encontrar o a enfrentar. Entonces fui a avisar a mi madre, pero siempre que entraba alguien en mi habitación, la niña es como si lo supiera y se callaba. Al día siguiente por la mañana se la enseñé a mi madre, pero nunca encontré nada, pero las voces siempre estuvieron.




FIN                                  Ana Castillo Gordillo 4º B

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