jueves, 12 de noviembre de 2015

DE CAMINO A LA MANCHA

DE CAMINO A LA MANCHA
De camino a la Mancha,
yo pasé por un pueblo,
de nombre Azuaga.
Algo muy bonito se hallaba en una plaza,
una ermita con su Cristo
muy amado en Azuaga.
Al verlo, mis ojos deslumbraron,
con una ceguera eterna yo había quedado.
No hubo preocupación
porque algo deslumbró en mi corazón,
y yo al Cristo lo veía en mi imaginación.
Eso quedó como un pacto de amor,
Y al Cristo del Humilladero
yo le entregué mi corazón.

  Jorge Cabezas Grillo 6ºA


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