Érase que se era un galgo que se llamaba Laki. A Laki le encantaba perseguir a los gatos. Un día persiguió a un gato que era el gato de su vecina. Ese gato se llamaba Chuchi. Chuchi era muy rápido, ganó las Olimpiadas de los gatos rápidos.
Un día Laki decidió perseguir a ese gato pero no podía cogerle. Cuando Chuchi vio que Laki estaba mareado de dar tantas vueltas, el galgo se canso y se tumbo al suelo y se disculpó con el gato. Al final se hicieron amigos
Jaime Guerrero Tejado 3º B
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