lunes, 9 de diciembre de 2013

EL ROBOT.

Había una vez un niño llamado Pedro, su amigo llamado Juan y su perro Tico. Estaban paseando los tres una mañana y se encontraron un robot viejo y un poco oxidado. Lo intentaron activar y al final después de un buen rato al fin lo consiguieron. El robot salió andando pisando muy fuerte, y los niños pensaron que los quería llevar a algún lugar. Y así fue, los llevó a una cueva donde había una antigua estación de tren. El robot empezó a cavar en el suelo y los niños vieron que aparecía una llave muy antigua.
Los niños se preguntaban de dónde podía ser la llave y el robot empezó a señalar hacia el final de la cueva. Todos se dirigieron hacia allí y a lo lejos pudieron ver un edificio viejo y  grande que al acercarse descubrieron que era un castillo abandonado. Al llegar al sitio abrieron con las llaves que se habían encontrado y recorrieron los pasillos del castillo que estaba lleno de telas de arañas. Los niños estaban asustados pero querían descubrir el secreto que guardaba este castillo.  Todos se metieron en una sala donde había muchos libros y el robot les señaló uno el cual abrieron y descubrieron una pintura antigua de lo que parecía ser un tesoro. Siguieron el plano y se encontraron un cofre con muchas monedas de oro. Los niños se fueron a casa  y cuando se las enseñaron a sus familias todos pudieron comprar muchos regalos.

Manuel Esquivel Sevillano

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