Un día primaveral mi familia y yo decidimos grabar un vÍdeo en las Palmas de Gran Canaria. Mis padres se pusieron corriendo a hacer las maletas para irnos. Cuando ya estaba todo preparado nos dimos cuenta de que teníamos que sacar el billete de vuelo y el hotel donde nos íbamos a alojar. Así que cogimos rápidamente el ordenador y empezamos a reservar el hotel y comprar el billete de vuelo. Al día siguiente la familia y yo nos fuimos al aeropuerto.
Estuvimos esperando mucho tiempo, porque el avión iba con retraso. Cuando ya estuvimos montados en el avión a mi hermano se le había olvidado meter en su maleta su peluche preferido. Mis padres le dijeron a mi hermano que ya no podíamos volver así que mi hermano empezó a llorar como costumbre. Mis padres le dijeron a mi hermano que no pasa nada que cuando lleguemos le iban a comprar el juguete que quisiera, así que mi hermano por fin se tranquilizo y pudimos descansar en paz.
Cuando menos nos lo esperábamos estábamos ya en Gran Canaria. Cuando nos bajamos del avión a mi hermano no se le había olvidado de que le tenían prometido de que le iban a comprar su juguete preferido. Así que nos fuimos a la tienda de juguetes y le compramos a mi hermano el juguete que más deseaba un balón de fútbol. De paso mi madre y yo nos pillamos alguna ropa. Después nos fuimos a comer a un restaurante de 3 estrellas Michelin. Después de comer nos fuimos a un parque para que mi hermano estrenara el balón de fútbol. Llevamos las maletas al hotel y cuando menos nos lo esperábamos ya era de noche y teníamos que hacer el reto de 24 horas en un ascensor. Cuando llegamos soltamos las maletas, cogimos la cámara y algunas almohadas y mantas para no pasar frío toda la noche. Nos fuimos a la sala de acensores sigilosamente para no despertar a las personas, cogimos un ascensor y colocamos las mantas y almohadas. Yo le di a todas las plantas del hotel para ver si había alguien en alguna planta. Cuando ya terminamos de parar en todas las plantas, mi hermano se acuerda de que se ha dejado el peluche de dormir encima de la mesa. Así que Papá va a coger el peluche, mientras tanto nosotras durmiendo, de repente nos asustamos porque el ascensor había subido sin más. Cuando ya Papá regreso le preguntamos si había sido él el que nos había subido a otra planta, pero él dijo que no había sido. Cuando ya Papá estaba dentro ocurrió lo mismo, pero ya no ocurrió más. Mi hermano se dio cuenta de que había cámaras en el ascensor y era super fácil de que nos pillarán. Por último dijimos de parar en la planta de recepción para ver si nos habían pillado y efectivamente nos pillaron, pero la suerte que tuvimos es que los de Gran Canaria son super majos.
FIN Ana Castillo Gordillo 4º B
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