Había
una vez un niño llamado Lucas, a él le gustaba mucho el espacio y
soñaba con algún día viajar a la Luna. Un día, estaba en el
ascensor camino a una expedición del espacio, él estaba pensando en
la Luna, en los planetas, el Sol, etc.
Pero
sobre todo en la Luna, era su gran pensamiento, siempre pensaba en
ella, de pronto, se abrió la puerta del ascensor y….
¡Estaba
en la Luna!
Se
llevó la mejor sorpresa de su vida, siempre había soñado con ser
astronauta y viajar a la Luna, y por fin lo estaba haciendo.
De
pronto se escuchó un ruido, algo un poco raro, era como un…
-Bich,
Buch, Bech.
Volvió
a sonar, provenía de un cráter, de repente, salió un bicho verde.
¡Era
un extraterrestre!
-Bich,
bich, buch. – preguntó.
-Perdón,
no hablo Marcianés. - dijo Lucas.
Mi
nombre es E.T. - dijo el pequeño marciano.
-Hola,
mi nombre es Lucas – dijo él.
-
¿ De dónde vienes ? - preguntó E.T.
-
No sé – dijo Lucas – yo solo me monté en el ascensor y aparecí
aquí.
-
Ah, osea que has usado el ascensor de los deseos. - dijo E.T.
-
¿El ascensor de los deseos?
-
Sí, es un ascensor en el que en el sitio en el que pienses, pues
allí te llevará.
-
¡Qué chuli! - exclamó Lucas.
-
¡Vamos a usarlo!- dijo E.T.
-
¡ Vale, vamos a Egipto! - dijo Lucas.
A
él también la gustaba la historia.
-
¡Vamos, vamos!
Se
montaron en el ascensor, pensaron en Egipto y allí aparecieron.
Al
abrirse la puerta vieron a muchos campesinos siendo maltratados por
el faraón, cerraron la puerta lo más rápido posible.
Justamente
al cerrarse la puerta sonó el reloj de Lucas.
-
Me tengo que ir a casa – dijo Lucas.
-Oh,
que pena, pero si no hay otro remedio….
-Adiós
– dijo E.T.
-
Adiós - se despidió Lucas.
Lucas
pensó en su casa y allí apareció.
Al
llegar a casa se lo contó a su madre y se fué a jugar.
FIN
Olivia
Martín de la Vega Morillo. 5º C
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