Era 31 de Octubre de 1998, yo
estaba muy ilusionada, era el primer año que me disfrazaría de
halloween con mis amigas.
Nos
íbamos a v
de Annabelle, y teníamos una
idea muy buena, o eso
creíamos. Saldríamos a pedir caramelos como siempre, pero a las
3:00 A.M. Iríamos camino al cementerio para llegar allí a las 3:33
A.M. y ponernos a jugar a la famosa OUIJA.
Y así lo hicimos, al empezar a jugar escuchamos unos gritos que
venían de entre las tumbas, en las partes más oscuras del
cementerio se veía un resplandor muy luminoso.
Todas entramos en pánico pero
no podíamos quitar el dedo del tablero, Laura propuso preguntar que
si había alguien aquí, nosotras le dijimos que lo preguntase ella,
pues teníamos demasiado miedo.
Laura se armó de valor y con
mucha decisión preguntó:
-¿Hay alguien más aquí?
El puntero apuntó a la
palabra: YES.
En ese momento se escuchó un
grito más fuerte que todos los anteriores, todas pensábamos que
habría sido un espíritu, pero no, fue Sara, una integrante de la
pandilla Pitufina. Se había asustado tanto que no pudo contenerse y
gritó.
En ese momento todas nos
empezamos a cuestionar la credibilidad del juego.
Ángela, para asegurarse
preguntó:
- ¿Tienes algo que decirnos a
alguna de nosotras?
El puntero no se movió, fue
así como nos dimos cuenta de que la Ouija es una gran mentira.
Y os estaréis preguntando,
cómo fue que se movió antes el puntero hacia la palabra: YES.
Bueno pues hacía mucho aire y
nosotras no sujetábamos el puntero fuerte, por lo que el aire lo
movió.
FIN
Olivia Martín de la Vega
Morillo 5º C
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