lunes, 8 de abril de 2019

UNA VIDA SIN REGLAS

 Había una vez unas niñas llamadas Olivia y Julia, ellas eran muy buenas amigas. Un día quedaron para jugar en el parque de al lado de casa de Olivia pero cuando llegaron estaba destruido, unos gamberros habían roto todas las atracciones del parque. Ellas indignadas se lo dijeron a los padres de Olivia y ellos les explicaron que podían hacerlo pues después de la llegada del nuevo dictador de España estaba permitido que se hiciera TODO es decir llevar una vida sin reglas. A ellas no les parecía bien que cada uno pudiera hacer lo que quisiera sin castigos ni leyes. Con esta nueva norma una persona podría matar a otra y no sería castigada. Ellas querían cambiar esta ley pero no estaba en sus manos la decisión de parar esta absurda ley. Ella solas no podrían pero con la ayuda de todos podrían llegar hasta el dictador y que este cambiara la ley. Ellas hicieron unos carteles para poner alrededor de todo el pueblo, los imprimieron y los pegaron por toda Azuaga Todos sus vecinos y compañeros se enteraron de su idea y quisieron ayudarla, todos excepto Romby y su pandilla de matones. El problema es que para visitar al dictador se necesitaba una cantidad mínima de 5.000 personas del mismo lugar pero sin Romby y su pandilla eran 4.994 y no había más gente en su pueblo. Ellas estaban muy indignadas por no poder ir a ver al dictador pero si Romby y sus amigos aceptaran tendrían la cantidad justa para verlo. Julia y Olivia les pidieron que participaran y nos les contarían a nadie que los habían visto huyendo del parque justo después de romperlo, los chicos aceptaron y votaron y todos juntos fueron a ver al dictador, este al escuchar a las amigas decidió retirar esa ley y también decidió retirarse y así fue también como empezó la democracia.

  FIN

Olivia Martín de la Vega Morillo 5º C

                                     

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