Un día soleado iba por el bosque y me encontré con una casa en el medio de la nada con una señora dentro de ella que me dijo:
- Niña siéntate soy amiga de tus padres- yo asentí y me senté. Después la señora me puso una bandeja de galletas
- Gracias- dije. Tenían chocolate.
-Están muy buenas- era verdad. Luego me fui de esa casa y al día siguiente volví así todos los días para probar esos pasteles y galletas.
Aldara Cabanillas Hidalgo 3º B
FIN
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