jueves, 15 de abril de 2021

EL DÍA EN EL QUE ME TRANSFORMÉ EN VAMPIRO

 Un día, estaba yo viendo un periódico que era de superpoderes, se lo conté a mi padre, porque a él le encantan los superpoderes y además leí que si ponías un enlace que había en el periódico en algún aparato electrónico podrías transformarte en un vampiro. Entonces rápidamente, copié el enlace y no sé lo que pasó, que aparecí en otro sitio. Miré para los lados y me fijé que había un montón de libros y entonces me puse a pensar y dije:¡ya lo tengo! ¡es una biblioteca!

Y me fijé en otra cosa,había un vendedor de libros y me preguntó que si quería algún libro ¡gratis! y yo sin pensármelo dos veces, rápidamente me puse a elegir un libro. El libro que cogí era de vampiros, así que me fui a mi casa.
Cuando terminé de hacer los deberes del colegio,les dije a mis padres, que iba a ponerme a leer el libro nuevo que me dieron gratis en la biblioteca.Cuando empecé a leerlo me encontré una imagen muy bonita, tanto la observé, que de repente
aparecí dentro del libro y fui andando por él y me encontré a una niña y a su miserable dragón Drácula. Les pregunté:¿como he acabado aquí? y me dijeron que a lo mejor no me había fijado en el título, porque decía que era mágico
a las imágenes, es decir que todas las imágenes que aparecían en el libro te podían teletransportar y meterte en cada una de las imágenes. Le dije a la niña y al dragón Drácula:
- ¿Cómo puedo salir del cuento?  y me respondieron:
- Buscando a un fantasma que hay en está ciudad.- Inmediatamente me puse a buscar. Me di cuenta de que la ciudad era un poco desastre, porque había cristales y sangre por el suelo, además al verme reflejada en uno de los cristales me di cuenta que yo era un vampiro, porque tenía unos colmillos gigantes y afilados.
Al final encontré al fantasma, pero como el fantasma era guerrillero, se puso a volar y yo me puse a buscar unos propulsores para poder volar, no los encontré, entonces me vino una inspiración y dije: y si le pregunto a la niña y al dragón Drácula, si tienen unos propulsores. Me contestó que si y me los dio.
Me los puse y empecé a volar, a mí me encanta volar con propulsores, pero lo malo es que no sabía  controlarlo. Entonces me di cuenta que estaba destrozando la ciudad aún más de lo que
estaba, pero al final llegué al fantasma y me dio unas tijeras y con esas tijeras rajé las hojas del cuento y por fin estaba en casa.


FIN

Ana Castillo Gordillo 3º B

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