Un día que era verano hacía mucha calor. Nos metimos en la piscina y yo no me quería salir para echarme crema porque me encantaba el agua y siempre quería que llegase el verano. Entonces yo no me hice caso y no me salí de la piscina. Mi madre se enfado muchísimo porque yo era muy blanca. Nos fuimos a casa y escuche a mis padres que me querían llevar a un internado porque no solo me metí una vez sino varias veces en la piscina sin su permiso. Al día siguiente me llevaron al internado y yo les dije:
- No lo voy a hacer más por favor no. Pero no me hicieron caso. Ya me pase todo el verano allí. Cuando salí les prometí que no lo iba hacer nunca más. Al final me perdonaron.
Clara Manchón Castillo 3º B
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