Érase una vez una niña llamada Granada. Granada vivía en México. Ella era castaña y alta, también tenía mucha energía para comenzar el día el día. Ella estaba un poquito nerviosa ya que su tío (Felipe) había muerto y como mañana era el día de los muertos iban a celebrar su muerte.
A la mañana siguiente Granada estaba todavía muy nerviosa. Se acercaba el día de la celebración y Granada se puso su disfraz de esqueleto negro, blanco y de colores que hacía juego con la diadema .Una vez terminada la celebración Granada se puso su pijama de esqueleto y se tumbó en la cama. Pasado un rato Granada se despertó sobresaltada. De repente se encontró cara a cara con un esqueleto, su nariz y boca eran negras y tenía unos dientes muy mal lavados un sombrero de paja pelo castaño y ojos verdes parecidos al de un aguacate.
Continuará...
María Ramírez Monterrubio 5C
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