jueves, 29 de septiembre de 2022

EL PUEBLO PERDIDO II

 El pueblo futurista llamado Futureitor era casi perfecto. La gente era muy amable y se ayudaban entre sí. Lo de “casi”, lo digo porque en una de las casas había algo que hacía ruidos inhumanos y nadie se atrevía a entrar porque no sabían que se podrían encontrar.

La gente se quejaba, decían que los alcaldes deberían de solucionarlo.
Los alcaldes eran los cuatro niños que reformaron el pueblo.
Un día fueron a la casa a intentar solucionar el problema.
Tocaron a la puerta, nadie contestaba, entonces decidieron entrar.
Aquello no era solo una casa, había una trampilla que daba a un sótano que ocupaba gran parte de la ciudad, estaba dividido en habitaciones.
En una de ellas había una especie de monstruo que estaba llorando en una  cama vieja y descuidada.
Uno de los chicos se acercó cuidadosamente hacia el monstruo y se presentó. Resultaba que el monstruo era bueno su familia le abandonó por temas de trabajo. Su especie se llamaba Gaguinoisal él se llamaba Dinugael.
Dinugael no tenía amigos y le daba miedo salir a la calle.
Los alcaldes intentaron llenar el pueblo de carteles anunciando que Dinugael, el monstruo, saldría a la ciudad para que no se asustasen. Dinugael salió por primera vez a la calle con los cuatro alcaldes. La gente le miraba raro, pensando que sería malo.
Al final todos se dieron cuenta que era muy amable y tímido.
Cuando Dinugael volvió a su casa se encontró muy feliz porque había conocido a gente nueva y solo deseaba que todos fueran sus amigos.
Después de algunos días, Dinugael conocía a mucha gente del pueblo.
El carpintero le dio trabajo ya que era muy grande y tenía mucha fuerza.
Cuando salía del trabajo una maestra le enseñaba a leer y escribir para que pudiese estudiar.

Noa Sánchez Enciso 5º C

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