Había
una vez un hombre llamado Juan, que era científico e inventó una máquina del
tiempo, que parecía un anillo gigante. Quería ir al pasado, a la prehistoria. Encendió la
puerta de tiempo y se fue. Acabó en un pueblo. Había personas con ropas de
pieles de mamut, estuve con ellos tres días y fueron geniales. Aprendí a matar
mamuts como casas gigantes, descubrí pinturas en cuevas, jugué con los niños
etc. Ya, pasados esos tres días me despedí y me fui. Me fui al renacimiento,
caí delante de un hombre pintando un cuadro, era Leonardo da Vinci, un gran
pintor y yo le dije:
-¿Por
qué no pintas a la Mona Lisa del Giocondo?
-Y
él me dijo:
-Quedaría
bien, ¿eres un pintor?
-No,
no lo soy.
Entonces
él me llevó a su taller, era un taller pequeño y estrecho. Había estatuas de
mármol. Salí a la calle y vi a personas elegantes que parecían reyes con esas
ropas. También había famosos pintores como Miguel Ángel y otros más. Todo era
muy bonito pero me marché ya a casa me despedí y me fui. Regresé a casa muy
contento, ilusionado como si lo supiera todo del pasado.
Jorge Cabezas Grillo
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