Erase una vez dos niños muy divertidos llamados Antonio y Manuel. Una mañana estaban
jugando al fútbol, cuando Antonio le
pego tal patada a la pelota que salió
hacia el bosque. Manuel decidió ir a buscarla con ayuda de Antonio. Allí en el bosque
vieron: cataratas, peces, lobos y ríos…Al final, vieron la pelota que
estaba en una cueva oscura, donde había un sapo
feo que tenía la pelota. Manuel le dijo al sapo:
-¿Nos podrías
dar la pelota? Y el sapo respondió: Hasta que no encontréis al que me hechizó no os daré la pelota. Buscaron
y buscaron por todo el bosque. Llegaron a un puente en el que había un indio
que decía: Si queréis pasar, tendréis que decirme hacia donde vais. Cuando Antonio
le dijo:
-Vamos buscando
un mago que hechizó a un hombre en sapo. Entonces el indio les respondió:
-Yo soy tan
sabio que se quién es ese hombre sin que me lo digáis, ¡seguidme! Entonces
llegaron a una casa donde vivía ese mago. Se adentraron en la casa y le dijo
Antonio al mago: ¿Podíais acompañarnos un momento? Así llegaron a la cueva
donde vivía el sapo. Al final el sapo se liberó del hechizo y le devolvió la
pelota. Colorín colorado este viejo sapo se ha liberado.
Antonio Sánchez de la Vaquera Rico
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