Erase
una vez un ogro. Siempre estaba solo. Quería hacer algo. Entonces un niño que
se llamaba Juan le dijo que ya no se preocupara, que ya no iba a estar
aburrido. Le enseñó la forma de hacer un Carnaval. Adornaron la cueva del ogro
con muchas cintas y máscaras e invitaron a todos los ogros.
El ogro se sintió más contento, sin
embargo la ciudad de Juan era muy triste, entonces el ogro le devolvió el favor
y le ayudó.
El niño sonrió y se pusieron a trabajar.
Hicieron máscaras y disfraces.
Cuando Juan llegó con el ogro, todo el
mundo se asustó mucho, pero Juan se lo explicó a toda la gente que este ogro
les iba a ayudar a recuperar el Carnaval.
Toda la gente ayudó al ogro y a Juan a
preparar las cosas para la fiesta. Y así volvió la alegría a la ciudad de Juan.
José Antonio Gala Alfaro
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