Erase una vez una niña que se puso a pensar, por qué en el colegio le decían fea, cobarde y miedica. Un día decidió salir en Halloween. Ese día llegó a una casa muy extraña en la que debajo de un banco se escondía una calabaza con la vela encendida.
Decidió
llamar al timbre, y se escuchó un ruido muy raro.
Al
rato se dio cuenta de que era su gatito Smit, en cuanto lo supo se acurrucaron
los 2 juntos.
Se
abrió la puerta, sonando un ruido muy extraño. Las luces empezaron a parpadear
y la niña se asustó mucho. Entonces apareció una familia vestida de canguritos.
La niña dijo:
-
Truco o trato. ¿Tenéis caramelos?
-Sí,
encima de la mesa. Coge lo que tú
quieras.
-¡Gracias!
-De
nada niña.
Así
la niña se fue muy contenta a su casa de que había superado su gran miedo.
FIN
Silvia Soria Paniagua.
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