Érase una vez una Navidad muy especial. Había
un elfo que se llamaba Trueno. Su trabajo era recoger las cartas de
los niños. Se acercaba la noche y tocaba repartir los regalos. Los
guardaban en cajas. Pero una noche Trueno cayó en una de ellas y sus
compañeros, sin verlo, cerraron la caja. Esa caja fue a parar a
una casa en la que había dos niños, el mayor se llamaba Pol y el
pequeño Michael. Trueno se quedó dormido.
Por la mañana abrieron los regalos y Trueno le tocó a Pol que se alegró mucho pensando que era un muñeco.
Sin darse cuenta los niños, el elfo fue al patio llorando, miró al cielo a ver si veía a Papá Noel con su trineo, pero no lo vio. Miró a una estrella y ésta le dijo:
- ¿Por qué lloras?.
El elfo le contestó:
- Porque no estoy con mi familia.
La estrella dijo:
- Cierra los ojos y piensa un deseo.
El elfo lo hizo y el deseo se cumplió.
Después le dijo:
- Muchas gracias por haberme ayudado.
Trueno volvió con Papá Noel y sus amigos y todos fueron felices.
Marcos Lima Grueso 5º C
Por la mañana abrieron los regalos y Trueno le tocó a Pol que se alegró mucho pensando que era un muñeco.
Sin darse cuenta los niños, el elfo fue al patio llorando, miró al cielo a ver si veía a Papá Noel con su trineo, pero no lo vio. Miró a una estrella y ésta le dijo:
- ¿Por qué lloras?.
El elfo le contestó:
- Porque no estoy con mi familia.
La estrella dijo:
- Cierra los ojos y piensa un deseo.
El elfo lo hizo y el deseo se cumplió.
Después le dijo:
- Muchas gracias por haberme ayudado.
Trueno volvió con Papá Noel y sus amigos y todos fueron felices.
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