jueves, 21 de febrero de 2019

ANA Y SUS COMPAÑEROS DE CLASE.


Ana era una niña muy lista, más que sus compañeros de clase. Como era así de lista veía cosas y fallos que no le gustaban.
Sabía bien que algunos de sus compañeros durante la hora del recreo se disfrazan de abusones pero, claro, cuando llegaban a casa se transformaban en niños buenos y niños de mamá consentidos.
Ella nunca había visto como se comportaban en casa pero se lo podía imaginar: enfadándose por querer más tortitas, por tener más horas de televisión y juegos.
Al igual que ellos si disfrazaban de abusones habían otros compañeros que se disfrazaban de cobardes y débiles.
Ellos siempre eran el punto de mira de los abusones, y siempre eran el blanco de sus bromas y sus grandes hazañas.
Estas hazañas consistían en perseguirlos hasta provocarles el cansancio y después meterse y reírse de ellos. 
En realidad no existía ese punto débil porque estos niños cuando llegaban a casa ayudaban a sus padres, iban a visitar a sus abuelitos, hacían deberes y obligaciones..
Y a pesar de todo lo que sufrían se seguían levantando para ir al colegio con la cabeza alta y una sonrisa para sus padres.
Aunque Ana no lo sabía también formaba parte del grupo "los cobardes" porque al ver eso en vez de actuar se callaba y en realidad eso le dolía y molestaba, tenía miedo de rechazo y abusos.
Y lo que Ana no sabía es que los débiles se convertirían  en fuertes y los fuertes en débiles.
Al final Ana acabó siendo de mayor una gran abogada de las causas injustas.
                                                           FIN.
                          
                                     Noah Pizarro Seguí 5ºC

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