viernes, 22 de febrero de 2019

LA MEJOR DECISIÓN


Erase una vez un niño llamado Caritos. Carlitos era un niño muy pequeño y torpe, además por más que se esforzara era muy malo en los deportes.
No tenía amigos y los niños de su calle le llamaban "tonto".
El iba todas las tardes al parque a jugar en los columpios y casi siempre había alguien que fuera a molestarle.
-Pues si que tienes la frente grande.., y no sabes ni lanzar un balón..- le decían todo el rato para molestarle.
Sin embargo, el que era muy paciente les sonreía y los niños aburridos se cansaban y lo dejaban.
Pero uno de ellos era más pesado de lo normal, no perdía ocasión para humillar a Carlitos.
Se llamaba Joaquín y era grande y fuerte como un muro. Nadie en el parque se atrevía a meterse con él.
Por alguna razón, no hacia más que meterse con Carlitos y amenazaba a las personas que hablaban con él
-¡Quién se atreva con Carlitos a hablar, mi puño probará! Decía Joaquín.
Y como en el parque nadie se atrevía a desafiarle, Carlitos jugaba solo en el columpio día tras día.
Además, Joaquín no solo amenazaba con que no le hablaran si no que le tiraba balones a la cabeza y lo empujaba cada vez que pasaba por su lado.
A pesar de todo, el dulce Carlitos nunca perdía la paciencia.
Todo esto hasta que un día mientras Carlitos jugaba en el columpio jugaba en los columpios Joaquín fue por detrás empujándole del columpio causando que Carlitos se cayera del columpio y se rompiera las gafas incluso también sentía un poco de dolor en su brazo.
Entonces Carlitos comenzó a llorar.
-¡Mirar todos, Carlitos es un llorón! Gritó Joaquin al ver a Carlitos llorar.
Carlitos salió llorando mientras los demás se reían. Carlitos juró que nunca más volvería a ese parque y así fue, incluso, corrieron rumores de su familia se había mudado de ciudad.
Pasaron los años y tanto Joaquín como Carlitos hicieron su vida.
Un día tuvo un accidente con su bici. En una curva Joaquín se distrajo y se tropezó con un palo. Intentó ponerse de pie pero le dolía mucho, incluso le sacó un bulto morado en el tobillo.
No había nadie cerca que le pudiera ayudar lo que hizo que Joaquin se desesperara. Comenzó a llorar con mucha  y de repente a lo lejos se veía un niño. Joaquin no podía creer lo que estaba viendo: ¡Era Carlitos!
- Joaquín,¿ te ha pasado algo malo? le dijo extendiéndole la mano para ayudarle.
- ¿ Tú no te habías mudado? Dijo agarrándole la mano.
Carlitos le ayudó a levantarse y le preguntó como podía ayudarle.¿Por qué se portaba tan bien este niño con él, después de todo lo que él le había hecho?¿No recordaba el empujón del columpio?
-¿Qué es lo que planeas?¿Acaso no te acuerdas de que hace unos años te empujé del columpio y te llamé "llorón"?
Entonces Carlitos empezó a reírse y le dio una palmada en la espalda.
Hay dos clases de personas en este mundo: las que cuando son heridas quieren hacerse más fuertes y las que pierden el rumbo.
Joaquín muy sorprendido, entendió a la perfección las palabras de Carlitos.
- Aún así, tú has sido bueno conmigo
-Que tu hayas sido malo conmigo, no significa que yo tenga que serlo con nadie.
Y de repente sin mediar palabra se hicieron amigos.

                        FIN
          Noah Pizarro Seguí   5ºC

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