Había
una vez dos niñas llamadas Cristina y Olivia, ellas eran mejores
amigas desde la guardería y nunca se habían peleado, ellas siempre
estaban juntas y disfrutando de cada momento.
Un
día le llegó una carta a Olivia, era una beca para entrar en la
universidad más prestigiosa de España, Olivia soñaba con entrar en
esa universidad y acababan de llamarla para estudiar allí, para ella
era un sueño hecho realidad, pero marchar a esa universidad incluía
separarse de Cristina, a ella le entraba un escalofrío cada vez que
pensaba en separarse de Cristina pero no podía pensar en abandonar
la universidad de sus sueños.
Olivia
se lo contó a Cristina y ella se puso muy triste, no iba a impedir
que Olivia fuera a la universidad con la que había soñado desde
preescolar, pero no quería que Olivia se fuera a la otra punta de
España.
Al
día siguiente le llegó otra carta, en ella decía que había habido
una confusión y que en realidad la universidad estaba en Finlandia
.
Olivia
se asustó, ya no solo iba a estar a unos cuantos kilómetros de
Cristina si se iba, estaría en la otra punta de la U.E.
Cuando
Cristina se enteró de donde estaba la universidad se puso a llorar,
no quería estar tan lejos de su mejor amiga, no se podía imaginar
cómo lo iba a pasar si cuando su amiga se iba un fin de semana a la
playa con sus padres se le hacía eterno y estaba deseando que
llegara el día en el que volvía.
A
Olivia se le ocurrió una gran idea, conseguiría que admitieran a
Cristina en esa universidad y así no tendrían que separarse.
Olivia
se lo dijo a la directora de la universidad y ella aceptó con la
única condición de que sacara un 10 en el examen de diagnóstico.
Cristina
se puso muy contenta y se tiró todo el fin de semana para que el
lunes sacara un 10 en el examen de diagnóstico.
Cristina
hizo el examen y según ella le salió bastante bien, al día
siguiente le dieron la nota y sacó un 10-, eso significaba que había
tenido un pequeño fallo.
La
ansiosa respuesta de la directora sobre la nota del examen fue:
-
Lo siento mucho Cristina pero lo que yo había pedido era un diez
exacto, así que esa nota no me vale, pero teniendo en cuenta la
tristeza que se le notaba en la voz a tu amiga te permitiré que
entres en la universidad.
Cristina
y Olivia se pusieron muy contentas, las dos se mudaron a Finlandia y
siguieron siendo mejores amigas.
FIN
OLIVIA
MARTÍN DE LA VEGA MORILLO. 5ºC.
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