Érase
una vez un hombre que estaba muy contento porque ese mismo día iba a
viajar a la Luna. Al llegar al laboratorio despegaron, pero hubo un
problema. Se dieron cuenta de que el cohete no tenía protección
suficiente para salir de la atmósfera. El hombre estaba muy
decepcionado. Los elaboradores del cohete no podían entender lo que
había pasado. El hombre estuvo como una roca seis días. Pidió días
libres y no fue al trabajo durante dos semanas. Cuando su mujer lo
convenció, fue al trabajo. Sus compañeros lo animaron para que no
faltara más pero él se negaba a ir. Al cabo de una hora y media lo
convencieron y al día siguiente fue al laboratorio. Cuando se montó
en el ascensor cogió mucha velocidad y se salió del edificio. Al
llegar al kilómetro de altura se transformó en un cohete en el que
estaban todos sus compañeros con su mujer, gritaron ala vez:
- ¡Feliz cumpleaños!
- ¿Cómo os habéis acordado de mi cumpleaños? – dijo el hombre.
Para
el hombre había sido el mejor regalo de cumpleaños porque desde
chico había soñado con ir a la luna.
Francisco
Javier Sánchez Sánchez 6ºC
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