lunes, 16 de diciembre de 2019

LA NAVIDAD EXISTE

Había una vez un hombre llamado Izan, él no creía en la
Navidad, pensaba que toda esa felicidad no tenía sentido,
que los regalos no los traía Papá Noel ni los Reyes Magos,
y no le bastaba solo con no creer en ella, sino que
también disfrutaba arruinándosela a los demás.
Cuando veía a los niños del pueblo jugando y correteando
entre la nieve, iba a por su quitanieves y le arruinaba el
juego a los pequeños y muchas cosas más.
No salía casi nunca de su casa y cuando lo hacía era para
fastidiarle la Navidad a los demás.
Nadie se había atrevido a hablar con él nunca.
Izan era como el Grinch del mundo real.
Claudia, una niña del pueblo, estaba muy intrigada por
saber el motivo de aquella infelicidad, así que decidió
hablar con él.
- Hola, ¿cómo te llamas? Yo soy Claudia. – explicó la
pequeña.
Izan la ignoró, pero Claudia estaba dispuesta a hacer lo
que sea con tal de hablar con él.
¿Por qué no me contestas? ¿Te pasa algo? – insistió la
pequeña Claudia.
Pero seguía sin conseguir respuestas.

- Hola, hola, hola. – repitió Claudia con insistencia.
A Izan se le acabó la paciencia pero no estaba
dispuesto a prescindir de su impertinencia.
- ¿Tú no deberías de estar en tu casa? – añadió Izan.
- Mi madre me ha dejado salir a dar una vuelta. – le
contestó Claudia.
Izan ya no podía resistirse más y aceptó a hablar con
ella.
- ¿Por qué tanta insistencia en hablar conmigo? –
preguntó Izan.
- Quería preguntarte una cosa: ¿Por qué odias la
Navidad? – le preguntó Claudia.
- No te importa – dijo otra vez con impertinencia.
- En realidad sí – insistió ella.
Izan realmente se rindió y aceptó a contárselo.
- Cuando era pequeño mis padres me convencieron
de que la Navidad no existía, yo nunca tuve regalos
por Navidad y si yo no los tuve los demás tampoco. –
le explicó Izan.
- Nunca es tarde para creer en la Navidad, pero no te
molesto más, solo digo que no te olvides de mirar el
salón mañana. – dijo Claudia.

A la mañana siguiente…
(25 de diciembre)

Izan se bajó de la cama y llegó al salón el cual estaba
repleto de regalos.
Sin pensárselo dos veces salió en busca de la pequeña
Claudia, la cual le esperaba en la puerta de su casa.
Nada más verla Izan le abrazó.
- Muchas gracias. – le dijo Izan muy feliz.
Izan y Claudia disfrutaron juntos durante muchos años
todas las Navidades y se hicieron grandes amigos.


FIN

Olivia Martín de la Vega Morillo 6º C

1- ¿Cómo se llamaba el hombre?
2- ¿En qué no creía?
3-¿Disfrutaba arruinándole la Navidad a los demás?
4- ¿Salía mucho de su casa?
5- ¿Cómo se llamaba la niña?
6- ¿Por qué estaba intrigada la niña?
7- ¿Ella insistió mucho para hablar con él?
8 - ¿Al final se lo contó?
9 - ¿El hombre tuvo regalos?
10 - ¿Se hicieron amigos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Añade un comentario