miércoles, 11 de diciembre de 2019

UN HÉROE A CUATRO PATAS


Como todos los veranos, Leire y su hermana Nick , iban camino a Tampa 
(Florida ) . Allí vivía Raquel, la señora que adopto a Rizos ; hace dos años, la
perrita de Leire dió a luz dos hermosos cachorritos de raza hasky. Sus padres
solo le dejaron que se quedara con uno  y al otro lo adopto Raquel. Leire y Nick
le propusieron a sus padres ir a verlo todos los veranos y sus padres aceptaron.
Por eso iban en avión camino a Florida. Estaban superagotadas pero a la vez
supercontentas de volver a ver a su pequeño Rizos . Por su puesto , también les
acompañaba la hermana de aquel perro , Akira y su madre, Adele. Además era
el cumpleaños de Nick , cumpliría cuatro años y los celebrarían todos juntos.Todos
estaban felices, por un lado los cachorros revolcándose y correteando, y por otro
todos las niñas, por supuesto Nick y Leire no eran las únicas niñas del lugar,
también estaban Leylana y Abril, las hijas de Raquel y Fabián. Como ya estaba
anocheciendo , Abril y Leire, las niñas mayores, fueron a la habitación de juegos
a por una gran tienda muy bonita y cómoda con un aire indio. Habían estado toda
la tarde planeando ese magnifico plan que consistía en lo siguiente: en la tienda
de campaña iban a poner muchísimas mantas y cojines , y como la fiesta iba a
ser en la terraza iban a dormir bajo las estrellas. Por otro lado los padres estaban
preparando la barbacoa que tenian preparada
entonces Nick pidió ir a la cocina a por las golosinas del cumple que había
comprado su madre antes del vuelo hacia Tampa. Como todos estaban ocupados
y no escucharon a la pequeña. Así que decidió ir a la cocina ella sola y buscar
sus chuches. El fuego de la cocina estaba encendido y toda la casa olía a
salchichas y chuletas. Nick , como era muy pequeña y el cajón estaba muy alto,
cogió una silla de la sala y la colocó en frente del cajón. La silla se había quedado
trabada en el mango de la olla que estaba al fuego y entonces la olla empezó a
tambalearse, pero eso no fue todo. La niña se había puesto de puntillas en la silla
y de repente.....

CONTINUARA

Ornella Cabezas del Castillo 6º C

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