Un día de verano, en el que hacía mucha calor. Mi abuelo y yo decidimos ir a pescar al río Guadiana . Mi abuelo alquiló una barca con motor, y nos metimos en el medio del río. Cuando teníamos las cañas preparadas, las lanzamos lejos de la barca para que los peces no se asustaran. Pasaron unas horas, cuando de repente se hundió la bolla, parecía algo grande por que me arrastro por todo el río, era un cocodrilo muy grande. Salte de la barca y nade hacía a la orilla. Mi abuelo se partía de risa. Al final regresamos a casa sin pescar un pez ¡pero lo mejor fue que me lleve un buen remojón! .
FIN
Manuel Corchado Sánchez 3º B
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Añade un comentario