Era 31 de octubre de 1931, esa mañana me levanté, y como habitualmente miré por la ventana para ver a la gente pasar, pero había algo extraño. ¡Todos los coches de la ciudad habían desaparecido¡ Me llevé una gran sorpresa. Me quedé un rato pensando y decidí hacerlo, puse en marcha una investigación.
Mis amigos también se dieron cuenta y me llamaron, decidimos crear un club de misterio llamado ``The mystery club´´.
Revisamos todas las cocheras, talleres y desguaces de la ciudad, pero nada, no estaban por ningún sitio. Nos empezamos a plantear la idea de un ladrón de coches, pero era imposible que un solo ladrón se los haya llevado todos, aunque podría haber llamado a todos sus compañeros de robos… Pero no, son demasiados coches hasta para 50 personas. Así que esta opción tan obvia está descartada. Pero para sorpresa de los chicos, caminando mientras hablaban, Hugo, el más patoso de la pandilla se chocó contra un coche, el último coche de la ciudad. Decidieron esconderse detrás de unos setos y esperar a que vinieran a por él. Pasaron los minutos, y, ¡por fin¡ Era un ser un poco extraño y bastante repulsivo, que con su magia se lo llevó levitando. Lo siguieron hasta una cueva que había a las afueras de la ciudad, Mikel cogió un trozo de madera y se lo calvó en el pecho, sangró y sangró hasta morir desangrado, llamaron a todos para coger sus coches y todos se fueron muy felices.
Olivia Martín de la Vega Morillo 5º C
FIN
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