Había
una vez un niño que se llamaba Juan, que soñaba ser de mayor
astronauta y viajar a la Luna. Como regalo de comunión de Juan, un
día se fueron de vacaciones su familia y él a Fuengirola, al hotel
Las Palmeras y se fueron allí porque dice la gente que ese hotel es
mágico.
Una
vez en Fuengirola, Juan le dijo a su madre que por qué mañana no
íbamos a la Luna y su madre le dijo que no, pero Juan le siguió
insistiendo porfa, porfa pero su madre no le hacía caso.
Por
la tarde todos se fueron a la playa para jugar a las pelotas, las
palas y bañarse en el mar.
Cuando
estaban subiendo por el ascensor Juan notó algo raro y preguntó:
-
¿no notáis algo raro?
Su
familia le contesto que no.
Entonces el ascensor siguió subiendo. Una vez en la habitación del
hotel Juan dijo que se iba a la piscina, pero él mintió ya que se
fue a investigar el ascensor. Una vez allí, volvió a ver algo raro
pero no sabía lo que era. Cuando el ascensor abrió las puertas vio
que estaba en la Luna, su gran deseo y ¿sabéis porque con su
familia no pasó eso? Porque solo tenía que ir una persona sola en
el ascensor. Bueno sigamos con la historia. Él se quedó con la boca
abierta, se limpió los ojos pensando que era un sueño pero no era.
Caminando
y caminando se encontró a un bicho raro verde, Juan se preguntó:
¿qué hace este bicho raro verde aquí?
Se
acercó a él y le preguntó:
-
Hola soy Juan, ¿tú cómo te llamas?
Él
contestó:
-
E.T
Juan
le preguntó:
-
¿Cómo has llegado aquí?
E.T
le contestó:
-
Mi sueño era viajar a la Luna, entonces un amigo y yo vinimos a
verla, pero mi amigo me abandonó.
Juan
le preguntó:
-
¿Te quieres ir con tu familia?
Él
le contestó:
-
Sí, les echo mucho de menos.
Entonces
los dos buscaban una puerta para irse porque Juan también se quería
ir con su familia.
Al
final del todo había una puerta grande que la podías traspasar. Y
los dos la traspasaron y se fueron con su familia.
FIN
Julia Lima Grueso 5º C
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