(Alerta: si eres sensible no
leas este cuento)
Erase una vez una chica
llamada Estefanía que trabajaba en un hospital.
Como estaba tan ocupada
estudiando y trabajando no tenía tiempo de estar con sus amigas.
Allí había un chico muy
serio que también trabajaba en el hospital, pero en vez de trabajar
con vivos trabajaba haciendo las autopsias a los muertos o
embalsandolos para que no olieran mal.
El se llamaba Lucas y era muy
guapo, cosa que le llamaba mucho la atención a todas las demás
chicas que trabajaban allí.
A Estefanía nunca le llamó
la atención hasta que se empezó a fijar en él.
Un día Lucas le declaró su
amor, con lo que se casaron y se fueron a vivir juntos.
Un día Lucas le dijo a
Estefanía que bajara con él al sótano, que tenía una pequeña
sorpresa para ella.
Cuando llegó al sótano
estaba todo oscuro y Lucas encendió la luz.
Cuando la encendió al fondo
del sótano vio una montaña de cadáveres que Estefanía no pudo
contar porque a la mayoría de ellos le faltaban extremidades que
estaban tiradas por otra parte.
Cuando vio eso su reacción
fue chillar y salir corriendo cosa que no pudo hacer porque lucas la
cogió y la ató en la camilla.
Lo último que ella vio fue
como Lucas le pegó un pinchazo para dormirla.
Cuando se levantó y se
incorporó se sentía más alta y estaba llena de cicatrices. Era
porque Lucas le había cortado las piernas y las había tirado al
montón pero había cogido unas piernas de un cadáver y por eso se
sentía mas alta. Lo mismo le hizo por los brazos, la cara, el
tronco…
Cuando sintió eso cogió a
Lucas y un cuchillo y le hizo lo mismo pero en vez de dejarlo vivo lo
mató.
FIN
Noah Pizarro Seguí 5º C
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