Erase una vez un grupo de
amigos que casi todas las tardes se veían en una plaza que estaba en
su pueblo.
La plaza se llamaba “la
plaza de las Mercedes”.
Se veía el grupo grande los
viernes y se quedaban hasta tarde.
Cerca de la plaza habían unas
escaleras que cuando las bajabas llegabas a un antiguo mercado que ya
no vendía ni funcionaba.
Un viernes fueron a la plaza y
había un niño que para ir a la plaza tenía que pasar por las
escaleras del mercado. Le daba un poco de miedo porque era de noche,
no pasaba gente y no había iluminación.
Todo el rato iba mirando para
atrás por si venía alguien salir corriendo. En una de las veces que
miró para atrás se dio cuenta de que en un borde de una de las
puertas del mercado había un libro abierto que le dio mal rollo.
Inmediatamente cuando vio eso salió corriendo hacia la plaza porque
ya estaba cerca.
Cuando llegó se lo dijo a
todos sus amigos e inmediatamente los niños cogieron sus bicicletas
y las niñas cogieron sus bolsos y salieron a correr hacia donde
estaba el libro para investigar un poco de que se trataba el libro y
si habría alguna otra pista.
Cuando estaban ya cerca del
libro tuvieron que pasar por un bar que vieron muy sospechoso.
Habían hombres que estaban
bebiendo mucho alcohol y el bar estaba lleno de humo y por culpa de
eso no pudieron ver nada más así que no le dieron mas importancia y
por fin se dirigieron hacia el libro. El libro estaba un poco alto
pero entre los niños hicieron una pirámide y consiguieron cogerlo.
Cuando lo cogieron debido a
que las fuerzas ya les fallaban cayeron y no pudieron leer bien de
que era el libro.
En ese momento salió un
hombre que brillaba mucho y que no se le veía la cara. Se
aterrorizaron y salieron corriendo.
Se fueron a la plaza a hablar
de lo ocurrido, de hecho se fueron ahí porque había iluminación y
pasaba un poco más de gente.
El niño que se había situado
arriba del todo de la pirámide llamado Alejandro, más conocido por
su mote “aguilucho” pudo leer algo del libro y según él decía
que era una biblia. Algunas personas se habían quedado en la plaza
porque les daba miedo pero nada más que le dijeron que se habían
encontrado una biblia y un hombre sospechoso no se resistieron y
fueron todos juntos a ver lo que estaba pasando.
Volvieron a hacer la pirámide
y pudieron coger el libro que no era una biblia, realmente era un
libro de rezos de semana Santa.
Continuaron por un callejón
oscuro y llegaron a otra puerta del mercado. Esa puerta era mas
iluminada y si ocurría algo tenían espacio para salir corriendo. Un
niño cuyo apellido era Souza empezó a leer el libro de Semana santa
frente a la puerta del mercado.
En ese momento escucharon
muchos golpes y voces dentro del mercado.
En ese momento salieron
corriendo de nuevo a la plaza y allí empezaron a hablar de que eso
era imposible porque ese mercado llevaba cerrado años.
Así ocurrió un par de veces
más hasta que un niño llamado Álvaro confesó que el libro se lo
había encontrado por la calle y decidió ponerlo ahí para inventar
una historia de miedo. También confesó que los golpes y gritos los
ocasionó el desde la otra puerta del mercado.
FIN
Noah Pizarro Seguí 5º C
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