Erase una vez un grupo de
niñas que se llamaban:Cristina, Eva, Claudia, Pilar, Jara y Noah.
Ellas eran muy amigas y vivían
muchas aventuras.
Un
día Olivia prepuso ir a la playa una
semana y todas accedieron. Irían a una playa de Málaga,
concretamente a una de Fuengirola.
Quedaron todas juntas para
hacer una lista de las cosas que necesitarían y repartirse las cosas
que llevar para que lo llevara una y no todas. Cuando acabaron
cogieron sus maletas y empezaron a meter las cosas.
Llegó el día y todas estaban
muy nerviosas.
Fueron a la estación de
autobús de Azuaga y el mismo autobús las dejó en el hotel de
Fuengirola. El hotel estaba en primera fila con vistas mar.
Llegaron a las 8:00pm con lo
cual ya era tarde para ir a bañarse en la playa. Colocaron las
maletas y Cristina propuso de ir a pasear y mojarse los pies antes de
irse a dormir.
Cuando llegaron a un bar
llamado brisa a primera vista se dieron cuenta de que habían unas
escaleras que llegaban a un sótano pero se dieron cuenta de que ya
eran las 10 de la noche y ya era tarde entonces volvieron al hotel.
Se pasaron toda la noche
hablando de que habría allí.
Al día siguiente a las 8 de
la mañana fueron para allá porque a esa hora no había mucha gente.
Cuando entraron Jara recordó
una historia que le había contado su madre.
Trataba de un lugar donde
trataban con personas con enfermedades mentales que hacían locuras y
podrían hacer daño a alguien.
También le dijo que en ese
momento estaba abandonado. Además le contó un caso de una mujer que
estaba allí, llamada Virtudes.
Le dijo que esa mujer debido a
su enfermedad mental hizo una cosa un tanto fuerte.
*(Si te molestan las cosas
fuertes no leas lo siguiente)
Se arrancó los ojos.
Sí, como lo oís, se arrancó
los ojos.
Aún así decidieron entrar
para investigar.
Llevaban un equipo especial
que habían ido a comprar.
Mascarillas de oxígeno.
Guantes, botas...Era un lugar muy grande y frio.
Dentro no sabían donde
estaban porque todos los pasillos eran iguales.
Empezaron a andar y mirar las
habitaciones para ver si había algo raro, pero no encontraron nada.
Siguieron andando hasta que
llegaron a la habitación número 114.
En esa habitación habían
muchos graffitis que ponían el nombre de Virtudes y también ponía
que pagarían por lo habían hecho.
Miraron por todas partes e
incluso en una mesilla que había en la habitación.
*Información sobre la
habitación: Era muy pequeña, asfixiante, la cama pequeña, fría y
las paredes blancas.
En la mesilla de noche
encontraron un bote.
¿Qué sería? Se preguntaron
las chicas.
En ese momento nadie se
atrevía a abrirlo pero Claudia se hizo la valiente y lo abrió.
-¡Aaahhhhh!- Exclamó
Claudia.
Soltó el bote sin pensárselo
y cuando cayó al suelo salieron unos ojos reales ensangrentados.
Cuando entraron se encontraron
un gran salón que ahí habían dejado un micrófono por si pasaba
algún ruido luego analizarlo en la habitación del hotel.
Al ver eso de los ojos
salieron corriendo, pero no se olvidaron de el micrófono.
Cuando llegaron al hotel se
ducharon y se pusieron el pijama para relajarse y olvidar un poco
todo lo que había pasado.
Escucharon el audio del
micrófono. No se escuchó nada raro hasta que llegó el minuto
14:02. En ese momento Eva la informática se dio cuenta de que ese
ruido solo se podía producir de una sola forma.
Alguien se tenía que haber
acercado y tocar el micrófono.
A partir de ese sonido se
dieron cuenta de que alguien vivía en el lugar donde habían ido a
visitar pero no se habían dado cuenta.
Decidieron volver para
encontrar al inquilino pero sabéis que
CONTINUARÁ...
Noah Pizarro Seguí 5º C
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Añade un comentario