Había una vez un astronauta
llamado Manuel, él era muy aventurero y decidió ser el primer
hombre en pisar Neptuno.
Todos le decían que estaba
loco y que allí hacía demasiado frío para salir de la nave y que a
parte una nave espacial nunca llegaría tan lejos de la Tierra.
Pero él decidió intentarlo
preparó comida para dos años, cargó la nave espacial lo máximo
que permitía, llamó a su amigo y compañero Juan y se montó en la
nave espacial.
Salió rumbo a la Luna y tardó
horas en llegar, al día siguiente se bajó de su nave espacial y
empezó a explorar por toda la Luna, al día siguiente empezó otro
rumbo, rumbo a Marte, el planta rojo, al día siguiente llegó y allí
pasó la noche él fue el primer hombre en pisar Marte pero con eso
no le bastaba, quería pisar Neptuno y no otro planeta.
Ya salió rumbo a Neptuno,
todo iba muy bien llevaba horas viajando, un poco más tarde sucedió
la tragedia.
Se chocó contra una
asteroide, el cual desvió el rumbo de su nave espacial.
Él pensaba que no le había
alterado mucho su rumbo y solo había hecho que aumentara su
velocidad.
Llegó a un planeta azul el
cual él pensaba que era Neptuno pero no.
Era un planeta que no había
sido descubierto, él no lo sabía así que pasó una noche allí y
volvió a la Tierra.
Al llegar allí sus compañeros
que lo habían estado vigilando le contaron que no había estado en
Neptuno sino en un planeta que no había sido descubierto, al
enterarse de ello decidió ponerle un nombre al planeta, lo llamó El
Planeta Amarillo, Canichowa.
FIN
Olivia
Martín de la Vega Morillo
5ºC
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