lunes, 6 de mayo de 2019

UN PLANETA POR DESCUBRIR



Había una vez un astronauta llamado Manuel, él era muy aventurero y decidió ser el primer hombre en pisar Neptuno.
Todos le decían que estaba loco y que allí hacía demasiado frío para salir de la nave y que a parte una nave espacial nunca llegaría tan lejos de la Tierra.
Pero él decidió intentarlo preparó comida para dos años, cargó la nave espacial lo máximo que permitía, llamó a su amigo y compañero Juan y se montó en la nave espacial.
Salió rumbo a la Luna y tardó horas en llegar, al día siguiente se bajó de su nave espacial y empezó a explorar por toda la Luna, al día siguiente empezó otro rumbo, rumbo a Marte, el planta rojo, al día siguiente llegó y allí pasó la noche él fue el primer hombre en pisar Marte pero con eso no le bastaba, quería pisar Neptuno y no otro planeta.
Ya salió rumbo a Neptuno, todo iba muy bien llevaba horas viajando, un poco más tarde sucedió la tragedia.
Se chocó contra una asteroide, el cual desvió el rumbo de su nave espacial.
Él pensaba que no le había alterado mucho su rumbo y solo había hecho que aumentara su velocidad.
Llegó a un planeta azul el cual él pensaba que era Neptuno pero no.
Era un planeta que no había sido descubierto, él no lo sabía así que pasó una noche allí y volvió a la Tierra.
Al llegar allí sus compañeros que lo habían estado vigilando le contaron que no había estado en Neptuno sino en un planeta que no había sido descubierto, al enterarse de ello decidió ponerle un nombre al planeta, lo llamó El Planeta Amarillo, Canichowa.


FIN
Olivia Martín de la Vega Morillo
5ºC





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