jueves, 24 de octubre de 2019

MADRE HOLLE


Había una vez una madre y sus dos hijas. Una era su hija de verdad, Marla, y la
otra era su hijastra, Kima. Marla no hacía nada; se la pasaba durmiendo y
comiendo chocolatinas. Mientras, Kima tenía que hacer todos los quehaceres de
la casa. Un día Kima, después de hacer su trabajo, tuvo ganas de ir fuera a coser
y así fue. Cogió un pequeño trozo de tela y una bobina e intento salir sin que su
madrastra se diera cuenta. Se instaló al lado de un profundo y antiguo pozo.
Empezó a coser y a coser cuando de repente...
- ¡AAAUU! , me he pinchado - exclamó
Le dolía mucho la pequeña herida. Así que cogió el cubo de agua, pero al
intentarlo.... ¡Kima se cayó al pozo! Se desmayó por unos segundos; cuando
despertó estaba en un mundo muy colorido. Las plantas eran muy grandes y de
muchos colores, el suelo era una especie de arena de color azul y en el cielo
había unas grandes nubes en forma de O. Kima estaba asombrada y comenzó a
andar. Al rato vio un horno lleno de pan que decía:
- ¡Que alguien saque estos panes de mi interior, llevan mucho rato hay dentro!-
como el horno mandó, Kima sacó los panes.
Después se fue. Luego se encontró un manzano que decía:
- ¡Que alguien arranque esas manzanas de mis ramas, ya están muy maduras!-
Kima agitó con todas sus fuerzas el árbol, luego las recogió y las amontonó todas
en un hueco.
Siguió andando y se encontró con una casa enorme. En la puerta se encontraba
una mujer. Tenía los dientes muy puntiagudos y no transmitía confianza. Kima se
acercó:
- Hola, ¿quién es usted?- preguntó
- Hola pequeña, mi nombre es Madre Holle- dijo aquella mujer
- Yo soy Kima y estoy un poco perdida
- Te ofrezco que te quedes en mi casa, pero con una condición - exclamó Madre
Holle- cada vez que hagas mi cama tienes que cubrirla con plumas
Kima aceptó; cada mañana después de desayunar subía a hacer la cama de
Madre Holle .Así fue durante 5 días, el sexto día, Kima, le pidió a la mujer que la
llevara de vuelta.
- Madre Holle, quiero que sepa que estos cinco días me he sentido mejor que
nunca, pero creo que ya tengo que volver

- De acuerdo hija mía, lo que tu decidas
Madre Holle la llevo hacia una gran perta dorada. Cuando Kima dio un paso una
lluvia de oro calló sobre ella así vistiéndola de oro desde la cabeza hasta los pies.
Luego la niña apareció de nuevo al lado de aquel pozo. Kima salió corriendo
hacia su casa para explicarle todo a Marla y a su madrastra.
- ¡¿Dónde has estado!?- preguntó con mala cara, pero luego se fijó en su traje
repleto de oro y dijo - Kima hija, te hemos echado mucho de menos
- No creo - murmuro Marla
Kima les contó todo, la madre que era muy ambiciosa le dijo a su hija Marla que
hiciera lo mismo, así sería muy rica.
Marla fue a aquel pozo y se pinchó el dedo, después se tiro al pozo y aterrizó en
ese mundo extraño. Se echó a andar, al poco rato vio al horno y le pidió ayuda
como a Kima pero ella solo dijo:
-¿Estás loco, acaso crees que voy a ensuciar mis manos en tus asquerosos
panes? - y siguió andando.
Luego se encontró con el manzano y este también pidió ayuda pero Marla
exclamó:
- No me voy a arriesgar a que me caiga una manzana en la cabeza- y se fue
Al final llegó a la bonita y grande casa que comentó Kima y también se encontró
con Madre Holle.
- Hola, venía a buscar trabajo
- O, claro, solo tienes que hacer mi cama y cubrirla con plumas
Pasaron los días el primero Marla obedeció, pero los cuatro restantes se los pasó
durmiendo y mandando a Madre Holle. Madre Holle furiosa llevó a Marla a la
puerta de oro.
- He esperado tanto este momento- pensó Marla
Cuando dio un paso en vez de lloverle oro, le llovió barro y hojas secas. Su madre
al ver que no iba vestida de oro le hecho una buena bronca por ser tan vaga.

FIN

Ornella Cabezas del Castillo 6º C

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