Erase una vez una chica
llamada Luna.
Ella compró una casa que
estaba en muy malas condiciones, entonces necesitaba construirla y
reformarla.
La casa se encontraba en una
calle de Azuaga llamada “La calle Larga”.
Estaba al final de la calle,
con lo cual pasaba desapercibida.
Llamó a albañiles,
yeseros...etc,etc.
La obra duró una semana.
Cuando llegó el quinto día
pusieron una lona alrededor de la casa porque iban a empezar con una
máquina que sacaba trozos de paredes.
El sexto día entró un hombre
para hacer algún arreglo en la casa y nunca salió.
A
la semana siguiente se dio cuenta el vecino de que ese hombre nunca
salió entonces puso una cámara
de vigilancia para ver que pasaba pero no vio nada en ningún
momento.
A la semana siguiente los
vecinos se empezaron a alarmar y dos de ellos decidieron entrar para
investigar donde estaba y cómo se encontraba.
En la primera planta no vio
nada, en la segunda planta tampoco, pero en la tercera planta, vio un
rastro de sangre que llegaba hasta una habitación.
Siguió el rastro y llegó a
una habitación donde estaba el constructor herido por una herida de
arma.
Estaba pálido porque llevaba
días ahí tirado sin comer y sin beber y se estaba desangrando por
la herida.
Llamaron enseguida a la
policía y a la ambulancia y en ese momento salió la dueña de la
casa con un cuchillo en la mano.
Se abalanzó sobre ellos y e
ese momento,
CONTINUARÁ
Noah Pizarro Seguí 5ºC
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Añade un comentario